Sacar fotos crea contextos. Es inevitable la transformación de una situación a partir del
momento en que se la captura. La imagen observada es modificada mediante la intención dando lugar a la construcción de significado. El sentido que adquiere la fotografía está absolutamente condicionado por quien la saca, que no sólo capta una imagen sino que también le pone su firma: la interpretación se convierte en una herramienta, que va a resumir el trabajo en una sensación.
La imagen sugiere interpretaciones, que son posibles por la intencionalidad con fue sacada la fotografía, mostrando un universo acotado de realidades. La imagen intenta provocar un efecto mediante opuestos: el verde natural del pasto resguardando a una nena mientras juega con su teléfono celular. La nena sonríe, pero no porque juega en la calesita, ni porque tiene una pelota, sino porque manipula su celular, un poco abstraída del medio ambiente que la rodea. La representación recrea un escenario contrapuesto, contradictorio, donde entre la naturaleza se cultiva una generación de niños celular.
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